Da la bienvenida a los invitados con uno de nuestros troquelados copos de nieve grandes y brillantes adornando la puerta. Combínalo con un enorme lazo blanco o plateado hecho con tul blanco u otra tela ligera.

Coloca fuentes de cristal llenas de decorados navideños, preferiblemente de tonos azules y plateados, por el salón.
Crea un centro de mesa de piñas pintadas con pintura blanca o con un poco de nieve de aerosol. Para un poco de brillo, esparce encima un poco de brillantina plateada.

Para cada invitado envuelve un regalito (una vela, gomas de borrar, mecheros, chocolate) en papel brillante con cinta plateada, y espárcelos por la mesa o apílalos en el centro, rodeados con bolas de Navidad. ¡Sirven como recuerdo de la fiesta y un decorado impactante a la vez!
Crea un centro de mesa luminoso y elegante colocando velas de varios tamaños encima de un espejo. Si tienes algunas bolas brillantes, quedan preciosas esparcidas encima del espejo alrededor de las velas.
Crea un centro de mesa elegante con ramas secas adornadas con nieve artificial. Cuelga de ellas algunas siluetas de copos de nieve, trozos pequeños de nuestras tiras nieve o algunos copos de nuestro confeti nieve.
Pinta varias ramas secas con pintura blanca o plateada en aerosol (también se pueden comprar ya pintadas en algunas jardinerías). Cuando estén secas colócalas en grupos en macetas alrededor del salón. Si quieres, puedes colgarles adornos navideños, oropel, copos de nieve de papel, ¡lo que se te ocurra!

Para un toque muy festivo, decora con globos perlados de colores blanco y azul claro. Ínflalos con helio, fíjalos a cintas blancas ligeramente rizadas y déjalos flotar hasta el techo. También puedes colocarlos en ramilletes (recomendamos 6 ó 8 globos por ramillete) alrededor de la sala. Como alternativa, ínflalos con aire y colócalos en grupos de 3 ó 4 en las esquinas de la sala, en los marcos de las puertas, en las ventanas, etc.
Una actividad creativa para compartir con tus hijos: prepara copos de nieve de papel y cuélgalos con cuerda fina del techo, de las plantas, etc. Coge un círculo de papel blanco y dóblalo por la mitad varias veces hasta conseguir un triángulo. Con tijeras, empieza a recortar formas pequeñas sin que un corte llegue de un borde a otro. Cuando ya tienes varias formas recortadas de los bordes, abre el círculo para ver tu copo de nieve.