Calienta el horno a 200ºC.
Bate juntos la mantequilla y el azúcar hasta conseguir una masa ligera.
Añade la harina, mezcla justo hasta que se incorpore, y luego añade los demás ingredientes, mezclando suavemente. (Cuidado con deditos pequeños que quieren robar la masa...)
Con una cucharadita coloca bolas o discos de la masa en una placa de horno antiadherente, dejando unos 4-5cm entre cada una.
Hornea durante unos 8-10 minutos, hasta que empiecen a oscurecerse los bordes. Deja las galletas enfriar en una rejilla. Luego escóndelas, ¡para que no desaparezcan de golpe!